Quien se ve afectada por un acto delictivo es la persona víctima u ofendida. En el nuevo Sistema de Justicia Penal, la persona víctima es parte visible y activa del proceso, y en todo momento se busca que obtenga la reparación del daño que se le causó.
Una persona es víctima de un delito cuando resiente las consecuencias de la acción de un acto ilícito. Tiene derecho a que la autoridad cuide su integridad física y le brinde protección en todo momento.

A toda persona que ha sido víctima, la Constitución le reconoce derechos que consisten en la reparación del daño, derecho a la verdad y derecho a la justicia, entre otros.

La reparación del daño consiste en que la persona que realizó el acto delictivo le restituya el bien dañado, la indemnice o realice alguna otra acción que contempla la ley, siempre y cuando quien ha sido víctima esté de acuerdo.

El derecho a la verdad consiste en que las persona víctima y la persona imputada puedan conocer jurídicamente lo que pasó; por ejemplo, si se cometió un homicidio, que las autoridades de justicia determinen quién lo cometió y cuál es la sentencia que recibirá la persona responsable.

La persona víctima también tiene derecho a solicitar medidas de prevención para su protección, sin esperar a que el Juicio acabe.